Project Description
Pirineo Navarro
En ésta ocasión queremos descubrir los diferentes valles que forman el pirineo navarro, cubierto de hayas, robles y verdes prados en los que pastan las ovejas, a los que parece que nunca les va a faltar la hierba.
Empezamos por el valle de Baztán, el más verde y occidental de Navarra, a lo largo de unos setenta kilómetros el río pasa por él salpicado de pequeños pueblecitos como Bera, Etxalar, Igantzi, Lesaka, Arantza, Doneztebe, en ellos encontramos casonas de piedra y madera noble, adornadas con grandes escudos. Hoy en día, están siendo restauradas y preparándolas para hoteles rurales.
Siguiendo el camino nos detenemos en el Parque Natural del Señorío de Bertiz, una extensión de unas 2.000 hectáreas donde crecen árboles y plantas exóticas, con un jardín de más de 120 especies.
Antes de adentrarnos en la Selva de Irati nos detenemos en los pueblos de Ezkurra, Ituren, Donezteve, Santesteban, en este hicimos un recorrido por la Via Verde del Bidasoa, antigua vía del tren.
Orbaizeta es la visita más curiosa del Valle de Aezkoa, en él se instaló una antigua Fábrica de Armas en el siglo XVIII que funcionó durante 100 años, hoy devorada por el musgo, fue declarada Bien de Interés Cultural.
La Selva de Irati, con más de 17.000 hectáreas de masa boscosa es el segundo hayedo-abetal de Europa. En ella encontramos diferentes rutas con espectaculares miradores, donde podemos observar la variedad boscosa, en especial sus hayas. La visita debería terminarse visitando el pueblo de Ochagavía, con sus calles empedradas en las que se cobijan casas de turismo rural, es el más poblado del valle y está considerado uno de los más bellos de Navarra, no podemos dejar de visitar la ermita de Nuestra Señora de Muskilda en lo alto de una colina próxima.
No podemos dejar atrás el valle del Roncal, las cimas más altas custodian éste valle, desde él se pueden hacer excursiones al resto de los valles. El encanto de sus pueblos, con sus montañas y ríos resultan inolvidables. Burgui, la puerta de entrada al valle, es un pequeño pueblecito de piedra con no más de doscientos habitantes. Tiene un precioso puente romano con sus arcos originales y un castillo.
Siguiendo la carretera junto al río continuamos hacia el pueblo de Roncal, capital del valle, por sus estrechas calles podemos apreciar mansiones de piedra decoradas con escudos señoriales en sus fachadas.
Para acabar éste recorrido merece la pena acercarnos a alguna quesería del valle para degustar éste producto típico de la zona.